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La madre de todos los cannabinoides es el Cannabigerol, estaba ahí antes que todos nosotros. Sus propiedades terapéuticas siguen siendo objeto de estudio por parte de la ciencia y, por si esto fuera poco, está rica y dulce como ella sola. El THC, como si no existiera.
Oh, dulce antídoto
Cuando se trabaja con semillas de marihuana terapéutica autofloreciente se piensa en términos prácticos: rendimiento, rapidez, estabilidad, fuerza… Pero hay breeders que con ello no quieren renunciar al sabor. Con semillas como la CBG Auto obtenemos este tipo de plantas, con crecimientos controlados y quimiotipos estudiados en laboratorio, para responder a las expectativas con toda la fiabilidad del mundo. Si además lo conseguimos con una resina dulce y sabrosa, ¡miel sobre hojuelas! Ya lo decía Mary Poppins: “Con un poco de azúcar esa píldora que os dan, la píldora que os dan, pasará mejor”.
La cualidad distintiva de la CBG Auto está en su propio nombre, el Cannabigerol. Este cannabinoide es el ancestro original de todos los que conocemos y sigue siendo objeto de fascinación para el mundo científico por las propiedades que día a día va añadiendo a su lista de beneficios. Es antiinflamatorio, antibacteriano, neuroprotector, perfecto para tratar un glaucoma o una afección inflamatoria intestinal, y a tenor de las investigaciones más recientes, se postula como un posible antibiótico natural que nuestra sociedad hipermedicada agradecería enormemente. Nosotros tenemos mucha fe en el futuro de esta semilla.
Como sucede con otras semillas de marihuana autoflorecientes, categoría en la que somos expertos en Kannabia Seed Company, la combinación de la genética rica en CBG con una ruderalis de mucha pureza dan lugar a una automática muy fiable. Es un tema que nos tomamos muy en serio y que hemos testado y analizado intensivamente antes de poder ofrecerla al mercado.
Como es de esperar, su nivel de TCH es prácticamente inexistente (inferior al 0,1%, no se puede dar un resultado más bajo) y por tanto su efecto psicoactivo está totalmente anulado.
Cultivo de CBG Auto
El cultivo de esta planta de marihuana terapéutica autofloreciente no tiene ningún secreto. Es muy sencillo llevarla al punto óptimo. Sus tonalidades claras y doradas, cristalinas en los tricomas, pueden dar apariencia de una automática convencional. Es resistente a plagas y necesita una alimentación estándar, ni más ni menos. Si tuviéramos que destacar algo sobre su cultivo es que incluso para ser una semilla automática es bastante rápida.
En interior tendrás que aportarle los clásicos fotoperiodos de luz de 18/6 o 20/4 horas. En sólo un periodo completo de entre 57 y 63 días (¡ya te dijimos que es rápida!) tendrás una planta de aproximadamente 75 centímetros y una producción estándar de 400 gramos por metro cuadrado aproximadamente.
En exterior crece un poco más y ofrece una cosecha también ordinaria, 100 gramos por planta, en un cultivo exterior normal de marzo a octubre. En balcones grandes y discretos funciona muy bien.
Sabor y efecto de CBG Auto
¡Créenos, es deliciosa! Sus aromas dulces y florales, suaves pero suculentos, son algo poco común en las plantas automáticas terapéuticas, pero ahí están. Si tienen alguna posibilidad de despertar apetencia es gracias a ese sabor.
En el quimiotipo está el gran secreto de la CBG Auto. Tiene un nivel del 7% de Cannabigerol y un THC y CBD prácticamente inexistentes (ratio del 70:1, es que ni con microscopio de fuerza atómica lo vas a encontrar). Por tanto, el efecto psicoactivo es inexistente, la lucidez es máxima.
Sin embargo, su efecto sanador es innegable. A las propiedades antiinflamatorias y antibacterianas que ya hemos mencionado podríamos sumar un sutil efecto calmante, similar al de una buena infusión con azúcar.
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