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Para una planta autofloreciente que desde la semilla hasta la cosecha tarda 8 semanas, esto es espectacular, un tallo doblado de 150 gramos por planta o más si se cultiva al aire libre bajo condiciones óptimas.
Un poderoso efecto ‘piedra’ relajado, que aunque calmado, te provoca un fuerte y lúcido estado mental, una rara sensación en estos días en los que la gente se queda adormilada con la hierba.
Los abundantes cogollos están cubiertos con una fina capa blanca y gruesa de cristales brillantes que crece conforme se acerca la fecha de la cosecha, por lo que esta cepa es una opción para todos, desde principiantes hasta los cultivadores comerciales que pueden producir dos cosechas en el tiempo que solía tardar en producir una.
Las plantas crecen a un ritmo asombroso, doble de rápido que una planta estándar. “Es como si le hubieran inyectado esteroides” es una observación común.